La carrera espacial fue una competencia entre los Estados
Unidos y la Unión Soviética que duró unos 18 años (1957 a 1975). Con la
ambición de superar a sus rivales, estas naciones buscaron ser los primeros en
enviar sondas artificiales de exploración y humanos al satélite terrestre.
A 45 años del último alunizaje, que fue en 1972, el presidente estadounidense
anunció su intención de retomar la conquista del espacio. Salvo que ahora, el
antagonista es China, que ya tomó la delantera.
El mandatario estadounidense, Donald Trump, formalizó este
lunes una directiva oficial que traza como objetivo de la NASA el
establecimiento de "una base lunar”, como paso previo a la primera misión
tripulada a Marte. Durante la ceremonia estuvo flanqueado por el director interino
de la agencia espacial, Robert Lightfoot; Peggy Whitson, la primera mujer
astronauta comandante de la Estación Espacial Internacional (EEI) y Harrison
Schmitt, uno de los últimos hombres en pisar el astro vecino. "Nos
comprometemos a que él no sea el último" disparó.
A modo de arenga sostuvo que "la directiva que estoy
firmando reenfocará el programa espacial de Estados Unidos en la exploración
humana y el descubrimiento. Esto marca el primer paso en el regreso de
astronautas estadounidenses a la Luna por primera vez desde 1972", sentenció
Trump durante la ceremonia en la Casa Blanca, en referencia a la última
caminata lunar.
El 14 de diciembre de 1972, el comandante Eugene Cernan,
líder de la misión Apolo 17, fue el último astronauta de la NASA en tocar el
suelo selenita. Junto con otros dos astronautas, realizaron tres salidas a pie
y que se extendieron por más de siete horas. En total, fueron doce los
astronautas estadounidenses que dejaron su marca en el suelo lunar entre 1969 y
1972.
Durante el acto, el vicepresidente Mike Pence, que preside
el Consejo Nacional Espacial, afirmó que "EE.UU. parece haber perdido su
ventaja en el espacio. Demasiado a menudo nos hemos dejado llevar y como
aprendimos 60 años atrás, cuando nos dejamos llevar nos quedamos atrás".
Y aunque todavía no se establecieron plazos ni se definió el
presupuesto para esta avanzada, esta nueva política supone un viraje respecto a
la anterior administración. Barack Obama había cancelado en 2010 el programa
Constellation de su predecesor Goerge W. Bush, que pretendía volver a la Luna
en el año 2020 y fijó como meta aterrizar en un asteroide en 2025 y alcanzar
las profundidades de Marte para 2030.
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